Los recientes hechos en México me tienen tan indignada, enojada y asustada como a todos ustedes y por eso decidí contribuir un poco a través de esta mini reflexión. Cada que leo una mala noticia en la que la protagonista es la violencia, no puedo dejar de sentir tristeza y frustración ante lo que está sucediendo. ¿Pero qué puede uno hacer para ayudar si tan solo es un ciudadano? Pues muchas cosas y de eso quiero hablar.
Veo tantas quejas en contra del Gobierno. Que si el Presidente no hizo (o si hizo, lo hizo mal), que si los Diputados esto, que si los Senadores lo otro. Siempre lo mismo. ¿Pero quién se queja sobre lo que hacemos y no hacemos los ciudadanos? Y es que no nos damos cuenta que nuestras acciones también tienen un efecto negativo en el país. Si no entendemos que el comercio informal (la piratería) ayuda a financiar el crimen, que las mordidas alimentan a la corrupción de la que tanto nos quejamos, que evadir impuestos deja al país aún más pobre, que no respetar a la autoridad nos hace tan criminales como aquel que roba, y en general que si no empezamos por corregir esos ‘pequeños’ detalles, el país efectivamente nunca va a salir de esta. Hay que empezar por nosotros mismos y ver qué estamos haciendo o dejando de hacer para ayudar al país. Hay que entender que todos tenemos un poco de culpa en esto, hay que aceptarlo, pero sobre todo hay que cambiarlo.
Es necesario dejar de señalar culpables y responsabilizarnos cada uno de nuestros actos. Es tan sencillo como dejar de hacer las cosas que antes mencioné, pero también educándonos, informándonos, y participando. Hay que ejercer nuestras obligaciones como ciudadanos, votando, conociendo quiénes son nuestros representantes y no exigirles que hagan un cambio pero AYUDARLOS a hacerlo. Todos estamos en esto y la única forma de lograr las cosas es poniendo manos a la obra.
“Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas" – Bob Dylan
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