lunes, 21 de junio de 2010

Las anécdotas de regreso a clases...

Mi familia tiene una librería en el centro de Querétaro. Nos encantaría tener un lugar tipo Barnes and Noble en el que la gente se siente horas a leer, se tomen un café y que en cualquier mes del año nuestra clientela fuera constante y fluida. El problema es que en México la gente no lee y por eso nuestra carta fuerte son los libros de texto… Cada año unas semanas antes de que comiencen las clases estamos hasta el cuello de trabajo (y no me quejo!) pero esas semanas se vuelven sumamente estresantes y desgastantes por los sucesos que ahora les contaré:
No faltan los papás que olvidan la lista de libros y quieren que les vendamos “el libro de matemáticas que es verde y tiene números en la portada”, tampoco falta la gente que trae la lista escrita en un cuadrito de papel de baño casi casi y con una caligrafía que ni en una farmacia pueden leer. Se molestan si no sé cuál es el libro que pide la maestra Juanita en la secundaria Héroes de Nacozari (“pues el libro de la maestra Juanita, me dijeron que aquí lo vendían y nomás dijéramos para qué clase lo necesitamos”). Lo peor es que es cierto, algunos profesores ni siquiera se molestan dándoles los datos completos y esperan que así puedan comprar los textos necesarios.

Ahh también están los papás que compran libros de cuarto grado (y el hijo va a pasar a quinto), los traen de regreso forrados, con etiquetas súper pegajosas, tres kilos de cinta adhesiva y además ni siquiera traen su ticket de compra. Todavía se enojan si no les queremos hacer el cambio ¬¬

Hemos tenido gente que viene a pedir Aura de Monsiváis y cuando aclaramos que el autor es Fuentes y no Monsiváis, se molestan y se van sumamente enojados. Algunos piden la décima edición de un libro que apenas lleva cuatro ediciones, otros nos dicen que ya se les olvidó el “actor” del libro pero que es algo como Chekspir o Chetspir, hay mamás que esperan que los hijos reconozcan las portadas de los libros que les estamos dando cuando el niño ni siquiera ha entrado a clases y ni al maestro conoce aún.

Existe la gente deshonesta que compra un título y después vienen a reclamar diciendo que les vendimos un libro maltratado, roto, con las pastas dobladas cuando en realidad lo maltrataron ellos por descuidados. Esos clientes son los peores porque vienen dispuestos a gritar, insultar y decir mentiras estúpidas con tal de que les cambiemos el libro. Es el tipo de gente que amenaza con demandar ante PROFECO y de ese tipo de gente recibimos decenas todos los días en julio y agosto…

Es muy triste ver la poca importancia que le dan algunos padres de familia a la educación de sus hijos. Y aunque es cierto que los libros de texto son cada vez más caros, algunos padres se preocupan porque significa una merma en su presupuesto para el futbol o la juagada con los amigos. Es también muy triste ver que la gente no tiene cultura literaria, no le tienen ningún respeto ni cariño a los libros y para ellos es un gasto superfluo.

Me pregunto qué clase de ejemplo se les está dando a los niños con padres a los que les importa muy poco la educación y la cultura, padres que no saben tratar a los empleados en una tienda; con profesores tan poco preparados como los que tienen nuestras escuelas, etc, etc, etc… Con todo esto, qué futuro nos espera?

1 comentarios:

Unknown dijo...

uf!!! Tienes toda la razon, es una pena que para comenzar la gente no lea, y que ademas enseñe a sus hijos a comportarse de esa manera, buenisimo tu post la verdad me encanto.

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